NOTICIAS CURIOSAS

El extraño caso de un huevo de gallina colombiana

Según informa el diario El Mundo, una gallina colombiana llamada Margarita, ha puesto un huevo fuera de lo normal, distinto, como lo califican los chismosos que van a conocerlo. Es redondo y en la parte de arriba se sobresale un pedazo largo que algunos se atreven a compararlo con un pene pequeño.

Su dueña, María Consuelo Carrizares Ramírez, pensaba matarla porque no ponía huevos e iba a terminar dentro de la olla, cuando de pronto ocurrió el milagro del huevo, que mide 7 centímetros, azul y de cascarón frágil, permanecía escondido en un horno de leña. De inmediato comenzó a enseñarlo a todos sus vecinos y el rumor empezó a propagarse por todo el pueblo de Yaguara, al sur de Colombia, donde llegó la prensa regional.

Fueron tantos los que manipularon el huevo que el cascarón empezó a romperse y a salirse la clara, pero ahora esta tapadito con una cinta para que no se vuelva a despegar. En la actualidad la gallina es un bien preciado, antes se le daba de comer maíz, y ahora, le da arroz, verduras y tomate, la trata como a una reina.

Aunque le han ofrecido unos 110 dólares por el huevo y tiene muchas necesidades, no piensa venderlo porque cree que es un amuleto de la buena suerte que le acompañará hasta el final de sus días. Margarita goza de una vida especial, donde todos quieren conocerla, pero por ahora, la gallina no terminara en la olla como estaba previsto y el huevo extraño reposa en un vaso guardado en el congelador.

Enrique Sanmartín

La esperanza habla gallego en las calles de Manila

Su fisonomía engaña. Tras su pantalla de humo de su pequeña estatura y supuesta fragilidad. Maruxa Pita oculta varios megatones de hiperactividad. A las cinco de la mañana ya está en su zona, y doce horas más tarde continúa andando igual que una jovencita. Pero esta, gallega nacida por casualidad en Madrid hace medio siglo, que vive en Manila, adonde llego con unas amigas de la Institución Teresiana para abrir una escuela, la de Poveda, que es un ejemplo en Filipinas. Sin duda, ese prestigio ha ocurrido en el momento de aventurarse en un reto de gran trascendencia después de su jubilación de lo que hoy es el Instituto Cervantes de la capital: lograr que los chavales de las barriadas del barrio de Pasig tengan idénticos derechos que los demás.

Por ello creó Makabata, un colegio que inauguro en el 2001 con el apoyo de la Fundación InteRed y que en este momento tiene 150 estudiantes y 20 educadores que los preparan desde básica hasta la prueba de acceso a selectividad. Estamos aguardando a que alguno obtenga el graduado, halle un trabajo y pueda dar ejemplo, explica.

Ni el huracán que asolo el inmueble en el 2001 pudo con su empeño. El agua inundo el primer piso y perdimos casi todo, manifiesta. La reina Sofía visitó la sede de la agrupación, y manifestó su entusiasmo, también cuentan con el apoyo de sus vecinos. Recogimos muchos donativos y los aceptamos todos porque el dinero continúa siendo escaso.

A pesar de los pocos efectivos, es indudable que los chavales de Makabata viven dos vidas distintas. La que les ha forzado a una cabaña y la que les da la ilusión de dejarla.

Al colegio llegan aseados luego de atravesar arroyos malolientes, esquivar gallos amenazantes y perros roñosos. Y no solo sustentan las meninges, también el cuerpo. Comen gratis todos los días, les proporcionamos uniforme, zapatos, y todo el material escolar con la condición de que lo devuelvan a fin de curso, manifiesta Pita.

Juan Antonio García