viernes, 31 de enero de 2014

ARTÍCULO DEL MES

Sudáfrica

Como indica su nombre la República de Sudáfrica se sitúa en la parte más meridional del continente africano, su extensión es de 1.200.000 kilómetros cuadrados  mientras que su población está en los 52 millones de habitantes.

Una buena parte de su territorio está formado por altiplanicies con una altitud media de unos 1.200 metros sobre el nivel del mar, existiendo una estrecha franja de menor altitud en torno a sus costas, costas bañadas por el océano Indico en su parte oriental y por el Atlántico en la occidental. La cordillera de Drakgensberg de unos mil kilómetros de longitud que llega en su punto más alto a los 3.400 metros se sitúa en la zona centro norte oriental.

Su clima es de tipo templado en el sur y el centro, el noreste es de clima tropical, mientras que buena parte de la zona occidental es semiárida, en conjunto las precipitaciones no alcanzan los 500 litros por metro cuadrado anuales.

En el solar sudafricano vivieron entre hace 4 y 1,5 millones de años homínidos como el Australopitecos Africanus, Homo Habílis y homo Ergáster; se piensa que el hombre moderno (Homo Sápiens), pudo dar sus primeros pasos en este territorio hace unos 200.000 años. Durante milenios los habitantes humanos del África meridional, fueron cazadores recolectores (Bosquimanos), hasta que en los siglos cuarto y quinto de nuestra era empezaron  a llegar  al África meridional pueblos bantúes (hoy predominantes), que llevaron con ellos la agricultura, la ganadería y el hierro. Los primeros europeos que se aproximaron a estas tierras fueron los portugueses a finales del siglo xv en su búsqueda de una ruta marina hacia la India, aunque serían los neerlandeses los primeros que se instalaron en la región del cabo durante la primera mitad del siglo diecisiete, levantando una base que sirviera de aprovisionamiento en sus viajes a sus colonias indonesias; con los neerlandeses llegaron colonos procedentes de los Paises Bajos, Alemania, Francia etc, colonos que se dedicaron a la agricultura y la ganadería, y que con el tiempo serían conocidos como Afrikáner.

Posteriormente llegaron los británicos que acabaron por desplazar a los neerlandeses de la región del cabo, esto provocó un desplazamiento de los afrikáner hacia el este y el norte, en donde entraron en contacto con los bosquimanos y pueblos bantúes (zulús, shoxa), registrándose enfrentamientos por los recursos y el territorio, la emigración al interior se vio incrementada durante el siglo diecinueve por el descubrimiento de diamantes y oro, los británicos se enfrentaron también a los nativos, como también lo hicieron con los afrikáner a los que finalmente acabaron imponiéndose.

Sudáfrica se convirtió en colonia británica en la que la minoría europea se impuso a la población nativa que fue relegada a un segundo plano; también hay que mencionar a los hindúes, malayos y malgaches que fueron llevados como esclavos por la población blanca. Las desigualdades raciales se vieron incrementadas de forma importante a partir de 1948, cuando se instala de forma descarada un régimen racista conocido en el mundo entero como apartheid; en 1961 la República de Sudáfrica se independizó de la Gran Bretaña, en los años sucesivos la comunidad internacional aisló al régimen de Pretoria por su política racista, sin embargo no habría cambios hasta comienzos de la década de los noventa, en 1993 los negros (80 por ciento), los mestizos (10 por ciento), consiguieron   la igualdad de derechos con relación a los blancos (10 por ciento). Nelson Mandela se convirtió en presidente surafricano en 1994, puesto que ocupó hasta 1999, Mandela dedicó buena parte de su vida a luchar por los derechos de los negros y mestizos de Sudáfrica, lo que entre otras cosas le costó pasarse 27 años en prisión.

Cuando murió el pasado cinco de diciembre de 2013 a los 95 años de edad, sus funerales se convirtieron en un homenaje mundial a su persona en reconocimiento a su lucha por la igualdad de todos los humanos independientemente de su raza, religión o poder económico.

Sin embargo no podemos olvidar que en la actualidad la República surafricana tiene graves problemas por resolver, una cuarta parte de su población está en el paro, viviendo con poco más de un dólar diario, Sudáfrica se encuentra entre los diez países con mayores desigualdades sociales a pesar de ser la principal potencia  económica  del continente suponiendo su economía el 25 por ciento del PIB africano , cada año se cometen 50.000 asesinatos lo que la coloca a la cabeza de los países más violentos del mundo; el veinte por ciento de su población activa (unos cinco millones de habitantes), está afectada por el virus del sida.

El ochenta por ciento de las tierras cultivables siguen en manos de la minoría blanca, evolucionando muy lentamente la reforma agraria. Se acusa a los sucesivos gobiernos del Congreso Nacional Africano (CNA), que lleva en el poder desde la restauración de la igualdad política entre todos los ciudadanos, de no haber sabido gestionar el gobierno de la nación, sin embargo y aunque desde principios de los años noventa la población negra tiene el control político del país, la minoría blanca sigue ostentando el control de la economía, encontrándose los sucesivos gobiernos del CNA maniatados a la hora de emprender reformas que puedan desembocar en una Sudáfrica más igualitaria, los conflictos actuales son en buen modo la consecuencia del apartheid que durante tantas décadas oprimió a la gran mayoría de los ciudadanos  sudafricanos.

Este país sufre también las consecuencias de los desmanes ecológicos que la población infringió durante muchos años a su medio natural, como la deforestación sufrida por amplias zonas del territorio no siendo ajeno a este problema el fuerte crecimiento demográfico experimentado durante el siglo xx.

Antonio Fernández

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