12 de octubre de 1492
Aunque ya han transcurrido 519 años, desde que la Santa maría, la Pinta y la Niña, arribaran a la isla caribeña de Guanhnaní, aquel 12 de octubre de 1492. Continúa abierta la polémica sobre las consecuencias del encuentro entre dos mundos que habían evolucionado durante decenas de miles de años de forma independiente. Es cierto que este hecho contribuyó al contacto entre culturas, que establecieron relaciones económicas, culturales y biológicas, que iban a enriquecer la historia humana.
Los europeos, que en un principio estuvieron representados por españoles y portugueses, a los que se les añadirían con el paso del tiempo, ingleses, irlandeses, escoceses, neerlandeses, franceses etc. tenían un mayor desarrollo tecnológico (especialmente en lo militar y la navegación). Esta circunstancia iba a ser aprovechada por los habitantes del viejo mundo, para llevar a cabo una política de conquista y colonización. Este tipo de políticas, siempre producen un efecto de explotación por parte de los países más avanzados, sobre los rezagados. Los amerindios, fueron tratados como seres inferiores, a fin de cuentas, iban medio desnudos, hablaban lenguas inteligibles, y no conocían la existencia del dios único y verdadero, que para los europeos eran el dios del cristianismo. La religión va a servir de cobertura moral, a todo lo realizado por sus correligionarios durante el mencionado periodo.
Es de destacar la fuerte mortalidad, que los indígenas sufrieron en el transcurso de las décadas que siguieron a la llegada de Colón. Las causas de dicha mortalidad fueron; la fuerte represión ejercida sobre todos aquellos nativos que no quisieron someterse, las condiciones inhumanas a las que fueron sometidos los indígenas esclavizados, pero sobre todo la causa principal fue; los huéspedes que los europeos llevaron de forma involuntaria en sus organismos, me refiero a los virus y a las bacterias, causantes de enfermedades como la viruela, el tifus o la fiebre amarilla, que al ser desconocidas en el nuevo mundo, se cebaron con sus pobladores. Esta circunstancia, también va a ser decisiva a la hora de que los, Pizarro o Cortés, conquisten a las culturas más avanzadas y mejor organizadas de América (Aztecas, Mayas, Incas).
Como consecuencia de lo anterior, millones de habitantes del África occidental, van a ser reducidos a la esclavitud, con el fin de sustituir a los maltrechos nativos americanos.
Con la llegada del siglo diecinueve, las colonias americanas van a independizarse de las metrópolis europeas; los beneficiarios de la nueva situación van a ser las élites blancas descendientes de europeos y en menor medida los mestizos, que habían conseguido situarse en posiciones ventajosas.
La actitud de los nuevos gobiernos, no va a variar en lo que se refiere al trato dispensado a los amerindios, incluso en cierto modo se va a producir un incremento de la represión hacía los mismos; se puede destacar en este sentido las políticas llevadas a cabo por gobiernos, como los de Argentina, Chile o los Estados Unidos de Norteamérica, que no van a pestañear a la hora de eliminar o encerrar a los nativos en reservas, cuando estos obstaculizaban sus políticas expansionistas.
La prueba más contundente sobre el mal trato ejercido sobre los amerindios, la tenemos en su situación actual, ya que ocupan los últimos peldaños en la escala social de los países a los que pertenecen. Hubo que esperar al siglo veintiuno para poder ver a un amerindio, Evo Morales, al frente de una nación americana, Bolivia. Los indígenas que aún no han sido contaminados por occidente, son una minoría residual que sobrevive en las profundidades amazónicas; pero por desgracia, tanto la selva como los nativos, están amenazados por la globalización neoliberal, cuya voracidad depredadora no tiene límites.
Es de destacar que en el siglo veintiuno, han surgido asociaciones de indígenas y blancos comprometidos, que luchan por defender los intereses y los derechos de las poblaciones amerindias.
Antonio Fernández
2 comentarios:
Si la justicia histórica existiese, las poblaciones amerindias no estarían tan abajo en esa escala social que mencionas ni tampoco relegadas a esa "sumisión" que tan bien detallas. Desgraciadamente, esta es una muestra más de esta fórmula de injusticia.
Como siempre, me ha encantado el artículo, Antonio. Sigue así!!
Justicia no es sinónimo de igualdad!!
Muy guay Antonio, sigue manteniendo esa motivación por querer saber mas, y por transmitirnoslo sobre todo.
Publicar un comentario