viernes, 28 de septiembre de 2012

SALA DE LECTURA


CAPÍTULO 8:

El Rey... la torre blanca y la negra... los alfiles el blanco y el negro... y los caballos negro y blanco..., fueron llegando al salón de conferencias que estaba en la planta primera, cada uno a una hora fijada por la organización, que se dictaba por ordenes mafiosas, cualquiera que fuera el sospechoso de saber algo o intentara decir cualquier cosa contradictoria del Tablero Cuadrado, lo iba a pagar con la muerte. El jefe de seguridad se encargaba de reservar el salón de conferencias y también el hotel, además se ocupaba de inspeccionarlo todo para descartar la existencia de micrófonos ocultos o cámaras. José Luis no quería a su esposa, vivía con ella y eso ya era bastante para él. No estaba satisfecho con su vida, por eso se sentía tan cómodo en esta organización, aunque tenía que llevar a rajatabla una serie de medidas especiales que le acentuaban la sensación de vivir en peligro, algo que le encantaba. Miró su reloj, llamó al Rey y dejó que el teléfono sonase ocho veces. Una vez que se aseguró que había salido hacia la reunión, fue a coger el ascensor para subir hasta la octava planta y luego entró en otro para dirigirse a la primera. Se introdujo en el salón de conferencias, ya estaban allí los cinco caballeros, sentados frente la mesa cuadrada, con sus plaquitas doradas en las que figuraban todos sus nombres, que por supuesto no eran reales. Se saludaron con  formales sonrisas.

Durante los ocho meses que José Luis llevaba con el grupo, cuatro sesiones se habían prolongado hasta la una de la madrugada, a causa de un fallo de seguridad, que permitió que se infiltrase una periodista, que se hizo pasar por prostituta bajo el nombre de Eva. Todos los caballeros fueron interrogados por el jefe de seguridad y se decidió finalmente contratar otra agencia de azafatas para conseguir máxima seguridad. A las seis en punto se inició la reunión, duró cuatro horas y en ella se habló de las cuentas de la organización, cuyos resultados era excelentes a causa de las “donaciones obligatorias” que realizaban las compañías de seguros, pero según el contable faltaban trescientos mil euros para volver a conseguir lo pactado, luego uno a uno fueron entregando sus informes, comunicándolos en voz alta para que todos  los  pudieran conocer y así pudieran opinar entre todos lo que se preparaba en sus compañías. A José Luis, le tocaba llevar la acción política, su plan era extorsionar a otros presidentes de otras compañías, que no querían saber nada del tablero cuadrado. La reunión terminó con el asunto de Eva.

Enrique Sanmartín

2 comentarios:

Cris N dijo...

Tachin tachan tachiiiin... que pasará?... descúbranlo ustedes en el capítulo 9 de la novela... El último Tramo...

Te entra una desconfianza al pagar el seguro del coche despues de engancharte a esta novela.... :)

Puri dijo...

Parecen tan corruptos los de la organización como los de los casos Pokemon, Carioca, etc...que panda...