CAPÍTULO 8:
El Rey... la torre blanca y la negra... los
alfiles el blanco y el negro... y los caballos negro y blanco..., fueron
llegando al salón de conferencias que estaba en la planta primera, cada uno a
una hora fijada por la organización, que se dictaba por ordenes mafiosas,
cualquiera que fuera el sospechoso de saber algo o intentara decir cualquier
cosa contradictoria del Tablero Cuadrado, lo iba a pagar con la muerte. El jefe
de seguridad se encargaba de reservar el salón de conferencias y también el
hotel, además se ocupaba de inspeccionarlo todo para descartar la existencia de
micrófonos ocultos o cámaras. José Luis no quería a su esposa, vivía con ella y
eso ya era bastante para él. No estaba satisfecho con su vida, por eso se
sentía tan cómodo en esta organización, aunque tenía que llevar a rajatabla una
serie de medidas especiales que le acentuaban la sensación de vivir en peligro,
algo que le encantaba. Miró su reloj, llamó al Rey y dejó que el teléfono
sonase ocho veces. Una vez que se aseguró que había salido hacia la reunión,
fue a coger el ascensor para subir hasta la octava planta y luego entró en otro
para dirigirse a la primera. Se introdujo en el salón de conferencias, ya
estaban allí los cinco caballeros, sentados frente la mesa cuadrada, con sus
plaquitas doradas en las que figuraban todos sus nombres, que por supuesto no
eran reales. Se saludaron con formales
sonrisas.
Durante
los ocho meses que José Luis llevaba con el grupo, cuatro sesiones se habían
prolongado hasta la una de la madrugada, a causa de un fallo de seguridad, que
permitió que se infiltrase una periodista, que se hizo pasar por prostituta
bajo el nombre de Eva. Todos los caballeros fueron interrogados por el jefe de
seguridad y se decidió finalmente contratar otra agencia de azafatas para
conseguir máxima seguridad. A las seis en punto se inició la reunión, duró
cuatro horas y en ella se habló de las cuentas de la organización, cuyos
resultados era excelentes a causa de las “donaciones obligatorias” que
realizaban las compañías de seguros, pero según el contable faltaban
trescientos mil euros para volver a conseguir lo pactado, luego uno a uno
fueron entregando sus informes, comunicándolos en voz alta para que todos los
pudieran conocer y así pudieran opinar entre todos lo que se preparaba
en sus compañías. A José Luis, le tocaba llevar la acción política, su plan era
extorsionar a otros presidentes de otras compañías, que no querían saber nada
del tablero cuadrado. La reunión terminó con el asunto de Eva.
Enrique Sanmartín
Enrique Sanmartín
2 comentarios:
Tachin tachan tachiiiin... que pasará?... descúbranlo ustedes en el capítulo 9 de la novela... El último Tramo...
Te entra una desconfianza al pagar el seguro del coche despues de engancharte a esta novela.... :)
Parecen tan corruptos los de la organización como los de los casos Pokemon, Carioca, etc...que panda...
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