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El adorno más antiguo de Galicia tiene 26.000 años

Un análisis realizado con la técnica del carbono 14 ha permitido conocer el objeto de adorno más antiguo conocido hasta el momento en Galicia, un colgante elaborado hace 26.000 años con un incisivo de un pequeño carnívoro, según todas las pruebas un zorro, que fue encontrado en el verano del 2009 en el depósito paleolítico de Cova Eiros, en el término de Triacastela.

La original pieza es también uno de los vestigios más antiguos del hombre de Cromañón u Homo sapiens reciente asentado en noroeste ibérico, solo mejorado por una sucesión de herramientas líticas halladas antiguamente en esta misma cueva, de entre 32.000 y 33.000 años enmarcadas en la cultura auriñaciense. En la cueva de A Valiña, en Castroverde, se localizaron entre otros materiales una cronología parecida, entre 31.000 y 32.000 años, pero los expertos todavía no han logrado dilucidar si estas piezas son obra del Homo sapiens o del hombre de Neandertal, que desapareció aproximadamente en ese período.

El descubrimiento de Cova Eirós fue efectuado dentro de un plan de exploración de los yacimientos paleolíticos del sur lucense que organiza la universidad de Santiago desde 2006 y supera al menos en nueve milenios el record gallego de antigüedades de un objeto ornamental. Hasta ahora era ostentado por un collar elaborado con conchas de marisco marino de la especie Dentalium, datado en 17.000 años que apareció en el 2008 en la mina de Valdavara (Becerrea), fue encontrado por otro grupo de arqueólogos que trabajan con este mismo objetivo.

Los protagonistas de este hallazgo dieron una gran validez a la edad del adorno, ya que lo enmarcan en un periodo determinado por unas circunstancias climáticas y ambientales muy desfavorables. La pieza, de acuerdo con la datación radio-carbónica, fue hecha en la primera época del llamado último máximo glacial, una etapa de frío extremado en la que las cumbres gallegas estaban envueltas en un manto de hielo y la vegetación de la región se reducía esencialmente a campos y estepas, con algunas pequeñas manchas boscosas en los terrenos más resguardados. Las temperaturas máximas que se daban durante ese tiempo en el noroeste, según señalaban algunos estudios, podrían variar entre los 9 y 12 grados. Hasta el momento se creía que Galicia podía haber quedado despoblada en aquel tiempo, debido a la inclemencia de la meteorología y del consiguiente empobrecimiento de la flora y la fauna. Pero el reciente hallazgo parece indicar lo contrario según manifiestan los expertos. La cueva donde se originó el descubrimiento se halla a unos setecientos metros de altura sobre el nivel del mar, una situación que mostraría “la capacidad de adaptación de los Homo sapiens que habitaron el territorio gallego durante la última glaciación. El fragmento es un colgante elaborado con un diente de carnívoro, seguramente un zorro, y corresponde a un tipo de fabricación de la que hay pocos ejemplares en el norte peninsular.

Juan Antonio García

Dos agentes de la policía local de Lugo fueron agredidos por un hombre cuando se disponía a orinar en el cuartel de la policía local


Un hombre de 49 años, tuvo la ocurrencia o la urgencia de ir mear en la puerta del cuartel de la policía local lucense. No contento con eso, A.P.V., acabó pegando a los dos agentes que le echaron el guante y trataron de llevarlo a la comisaría. Un delito de atentado y dos faltas por lesiones. Así tipificó los hechos el fiscal que decidió pedir inicialmente la pena de un año y cuatro meses de prisión y sendas multas de 300 euros para el antihigiénico ciudadano. Sin embargo, el abogado del acusado negocio una reducción de la pena y lo consiguió, finalmente, la condena fue de un año de prisión, que puede sustituir por el pago de una multa de 720 días a cinco euros diarios y dos meses de multa a tres euros diarios.
Cuando los guardias vieron que el hombre orinaba en la puerta del cuartelillo, lo primero que hicieron fue pedirle que se identificara, sin embargo no le pareció bien la idea al acusado que reaccionó empujando a uno de los policías. Cuando le informaron de que iba a ser llevado a la comisaría para la identificación todavía se armó una mayor. A.P.V. trató de golpear en la cara a uno de los agentes. En ese instante tuvo que ser reducido a la fuerza como consecuencia de la fuerte resistencia que ofrecía.
Durante el traslado a la comisaría insultó a los agentes, les dijo que los iba a matar, les llamó nazis y parece que otras lindezas por el estilo. El fiscal pedía que el acusado indemnizase a uno de los policías con 144 euros por los días de curación y a otro con 705. El de Culleredo tiene antecedentes, de hecho fue condenado por atentado a un año y un mes de prisión. También le impusieron cuatro meses de multa por un delito contra la seguridad vial.

Enrique Sanmartín