martes, 30 de abril de 2013

ARTÍCULO DEL MES

La crisis económica

Nuestro mundo (el planeta tierra), es finito y limitado, finito en el espacio y limitado en recursos. A pesar de lo cual el sistema económico predominante, el capitalismo, actúa como si esto no fuese así, ya que su modelo se basa en un continuo y permanente crecimiento económico, crecimiento que solo se puede conseguir a costa de una depredación constante de los recursos naturales.

A pesar de las evidencias los apologetas del neoliberalismo sostienen que dicho sistema, sistema que supuestamente tiene en el mercado su elemento regulador, es el mejor de los modelos económicos existentes. El capitalismo actúa como si los seres humanos fuesen algo al margen del resto de la biosfera, como si el hombre pudiese actuar impunemente en la naturaleza viendo la misma como un botín que hay que conquistar sin esperar ninguna consecuencia negativa de sus actividades.

Así las cosas el capitalismo neoliberal actúa a sus anchas sin nadie que le tosa; el resultado es un mundo cada vez más contaminado (atmósfera, suelo, ríos y lagos, océanos), una galopante deforestación, pérdida de suelo fértil o el calentamiento global que de confirmarse puede resultar la más perniciosa de las consecuencias de la irracional actuación del ser humano.

Y todo esto para un mundo en el que las desigualdades económicas son abrumadoras, ya que una cuarta parte de la humanidad se beneficia de las tres cuartas partes de las riquezas existentes, mientras que la mayor parte de los ciudadanos del planeta se tienen que conformar con las sobras de un sistema económico mundial injusto manejado por las naciones más avanzadas. Los países en vías de desarrollo o subdesarrolladas tienen en el capitalismo el modelo a imitar para conseguir mejorar su situación , especial atención merecen la evolución económica de la china (1.300 millones de habitantes), y la India (1.150 millones ), ¿de dónde van a salir los recursos para sostener el desarrollo de las economías más atrasadas?, ¿cuáles van a ser las consecuencias ecológicas de dicho desarrollo?. Mientras tanto la crisis actual que afecta a las naciones más industrializadas puede ser vista como una consecuencia inevitable de un modelo económico que necesita reajustarse cada cierto tiempo para corregir los desequilibrios acumulados; sin embargo la agudeza de la misma puede hacer pensar que más que ante una crisis coyuntural estemos asistiendo a una crisis estructural en la que una parte de los ciudadanos van a perder parte de unos logros sociales conquistados durante mucho tiempo.

Nada parece poder ser capaz de parar el desarrollo de los acontecimientos en marcha, tan solo cabe esperar que las consecuencias de lo señalado anteriormente sean menos nefastas de lo que parece. Por desgracia un sistema alternativo al capitalismo neoliberal tan solo parece posible a una escala muy reducida.

Antonio Fernández

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