lunes, 28 de noviembre de 2011

EL ARTÍCULO DEL MES

La capa de ozono
Durante más de 2500 millones de años, la vida tan solo fue posible en los mares y océanos; esto se debió a que los microorganismos gozaban de la protección del agua, evitando que los mismos fuesen alcanzados por los rayos ultravioleta procedentes del sol. Pasaron los eones, y como consecuencia del metabolismo de los organismos unicelulares, el océano se fue saturando de oxígeno; cuando esto sucedió, este se expandió por la atmósfera.
El oxígeno se suele encontrar en moléculas de dos unidades (O2), pero al alcanzar la estratosfera, entre los 15 y 40 kilómetros, dichas moléculas interactúan con los fotones, como consecuencia de lo cual se forman moléculas de O3, es decir el ozono. Su densidad es muy baja (2-8 partes por millón), a pesar de lo cual su importancia en el desarrollo de la vida, tal y como la conocemos hoy, es muy grande; y esto es así por el hecho de que interceptan entre el 97 a 99 por ciento de los rayos ultravioletas, que de alcanzar la superficie del planeta destruirían las complejas moléculas de ADN, que no estuviesen protegidas por el agua. Es decir sin el ozono la vida en las tierras emergidas sería imposible.
Los clorurofluorcarbonatos ( CFC), son sustancias químicas, creadas por el ser humano, para su uso en la refrigeración, expelentes de espráis, limpiadores de circuitos electrónicos etc., son sustancias no tóxicas, que no se inflaman y que apenas interactúan con el entorno. En principio se creyó que eran ideales, sin embargo cuando llegan a la estratosfera son descompuestas por los fotones, los átomos de cloro atacan al ozono provocando su destrucción parcial. Se crea así el denominado agujero de ozono, agujero que alcanza su máxima expresión en la Antártida.
Esta desaparición parcial del ozono, está causando efectos negativos en parte de la biosfera, incluyendo a los humanos, ya que causan cánceres de piel, cataratas, ataques al sistema inmunológico etc.
Así las cosas, las Naciones unidas deciden tomar cartas en el asunto; el 16 de septiembre de 1987 se celebró la primera reunión, con el fin de encontrarle una solución al problema, se recomienda dejar de usar las mencionadas sustancias así como otros (algunos fungicidas), que provocan la destrucción del ozono. El problema está aún muy lejos de solucionarse, siendo uno más de los muchos problemas planteados por las actividades humanas. Actividades que rompen los frágiles equilibrios existentes en los diferentes sistemas ecológicos, provocando daños irreparables en la biosfera; dejando para las generaciones venideras un planeta con unas condiciones de vida deficientes.

Antonio Fernández

1 comentario:

Lucia dijo...

Una información muy interesante.

Enhorabuena Antonio!!!!