La fistula obstétrica.
El continente africano fue la cuna de los homínidos
que hace millones de años evolucionaron para dar con el tiempo al homo sapiens,
también se piensa que el ser humano moderno dio sus primeros pasos en dicho
continente, entre hace cien y ciento cincuenta mil años; a pesar de lo cual los
moradores actuales de África viajan en el furgón de cola de la especie humana.
Epidemias, hambrunas, guerras, catástrofes
naturales, sin olvidarnos de siglos de explotación tanto de sus habitantes como
de sus recursos naturales por parte de europeos y árabes. Todo esto contribuye
que en la actualidad una buena parte de sus habitantes vivan en unas
condiciones bastante precarias.
Si la situación general es deficiente, que decir de
las mujeres; ellas son las que con su trabajo cotidiano mantienen en
funcionamiento buena parte de la economía africana, especialmente en las zonas
rurales, zonas mayoritarias en muchos países del mencionado continente, a pesar
de lo cual estas son consideradas ciudadanas de segunda categoría por parte de
culturas patriarcales y machistas; las mujeres además de llevar buena parte del
peso del trabajo, por sus condiciones naturales son las principales responsables
de la tarea procreativa, teniendo que hacerse cargo del cuidado y educación de
su a menudo numerosa progenie; ellas no pueden decidir sobre si quieren o no
tener hijos, ni el número de estos, sus culturas consideran que las mujeres
estériles son individuos inútiles
despreciados por la sociedad.
En este contexto se sitúa el problema de la fístula
obstétrica; se trata de una lesión producida cuando el feto queda obstruido en
el canal de salida a la hora del parto, esta situación puede durar horas e
incluso días, al no tener a su alcance centros de salud en los que se les pueda
realizar una cesárea o cualquier otra ayuda en el parto, los fetos acaban
muriendo casi siempre, mientras que las madres si logran sobrevivir quedan
incapacitadas para seguir teniendo hijos (ya señalamos la importancia de tener
hijos para ellas), además de producir un mal olor constante debido a las
lesiones producidas en la vejiga o en la zona de los esfínteres.
En su mayoría al no tener acceso a la cirugía están
condenadas a llevar una vida aún más precaria. En no pocas ocasiones las
víctimas de este problema son niñas sin completar su desarrollo, lo que
favorece el atascamiento del feto en el canal de salida, tampoco nos podemos
olvidar de la práctica de costumbres nefastas (circuncisión femenina), en las
que se mutila parcialmente los órganos genitales femeninos con el macabro fin
de evitar que las mujeres puedan sentir placer en sus relaciones sexuales,
supuestamente con el fin de evitar futuras infidelidades.
Otro aspecto que ayuda al desarrollo de la fístula
obstétrica y otros problemas relacionados con el parto, es el de que en muchas
sociedades africanas está mal visto dar a luz en los hospitales, prefiriéndose
que las mujeres tengan sus hijos en sus casas a pesar de los riesgos que
corren.
Se calcula que en la actualidad padecen el problema
al que nos estamos refiriendo, entre 1,5 y dos millones de mujeres en
diferentes puntos de Asia, Suramérica y sobre todo en África, se piensa que
cada año pasan a engrosar las filas de esta enfermedad entre cincuenta y cien
mil personas.
Antonio Fernández
No hay comentarios:
Publicar un comentario