lunes, 31 de marzo de 2014

ARTÍCULO DEL MES


Aborto

En 1985 se despenalizó el aborto inducido en tres supuestos: en caso de violación, si la vida de la madre corría peligro o su estabilidad psíquica se vía amenazada, o en el supuesto de que el feto sufriera malformaciones.

Veinticinco años después el Parlamento Español reformaba dicha ley, en la misma se permite la interrupción voluntaria del embarazo sin ningún supuesto siempre y cuando se lleve a cabo durante las catorce primeras semanas de gestación, en caso de superar esta fecha tan solo se permite abortar cuando la vida de la madre corra peligro o que se detecten graves anomalías en el feto. Ahora el gobierno del Partido Popular pretende reformar de nuevo la ley volviendo a la ley de supuestos de 1985 pero de forma más restrictiva.

A pesar de que la ley de plazos de 2010 es similar a las leyes predominantes en la mayoría de los países de la Unión Europea en España suscitó un importante rechazo por parte de ciertos sectores conservadores y de la iglesia católica.

Brigitta Ohlsson, ministra sueca de asuntos europeos perteneciente al Partido Liberal que gobierna en coalición con los conservadores declaró; es una vergüenza que el gobierno español pretenda reformar la ley de 2010, ya que ello supone un ataque a los derechos fundamentales de la mujer, negándole la capacidad de decidir sobre su cuerpo. En Suecia existe una ley de plazos similar a la de 2010 pero en su caso está vigente desde 1970 sin que desde entonces fuese modificada con independencia de la ideología política del partido gobernante.

Pero los conservadores españoles no son los suecos, daneses, neerlandeses, británicos etc.; una parte de la derecha española sigue muy influida por una iglesia católica dogmática e inmovilista, que pese a lo que predica ve a la mujer como un ser inferior al hombre al cual debe estar supeditada.

La iglesia católica es la única institución occidental que sigue discriminando a la mujer por el hecho de serlo, si no como interpretar que se le niegue el acceso a los puestos de más responsabilidad, ninguna mujer puede ser obispo, cardenal, papa; no puede incluso administrar los sacramentos ( bueno puede dar la comunión siempre y cuando las hostias estén consagradas por un hombre ), así las cosas no debe extrañar a nadie que dicha institución se oponga al derecho de la mujer a disponer de su propio cuerpo de la forma que esta estime conveniente, que le niegue su derecho a elegir sobre la conveniencia de ser o no ser madre. Dicha iglesia y parte de los conservadores disfrazan esta negación del derecho de la mujer a elegir, erigiéndose de forma hipócrita como los defensores a ultranza del derecho a la vida de los embriones (cuando el óvulo queda fecundado por el espermatozoide).Alegando que es Dios el único que decide sobre la vida.

Antonio Fernández

No hay comentarios: