viernes, 28 de junio de 2013

ARTÍCULO DEL MES

La fistula obstétrica.

El continente africano fue la cuna de los homínidos que hace millones de años evolucionaron para dar con el tiempo al homo sapiens, también se piensa que el ser humano moderno dio sus primeros pasos en dicho continente, entre hace cien y ciento cincuenta mil años; a pesar de lo cual los moradores actuales de África viajan en el furgón de cola de la especie humana.

Epidemias, hambrunas, guerras, catástrofes naturales, sin olvidarnos de siglos de explotación tanto de sus habitantes como de sus recursos naturales por parte de europeos y árabes. Todo esto contribuye que en la actualidad una buena parte de sus habitantes vivan en unas condiciones bastante precarias.

Si la situación general es deficiente, que decir de las mujeres; ellas son las que con su trabajo cotidiano mantienen en funcionamiento buena parte de la economía africana, especialmente en las zonas rurales, zonas mayoritarias en muchos países del mencionado continente, a pesar de lo cual estas son consideradas ciudadanas de segunda categoría por parte de culturas patriarcales y machistas; las mujeres además de llevar buena parte del peso del trabajo, por sus condiciones naturales son las principales responsables de la tarea procreativa, teniendo que hacerse cargo del cuidado y educación de su a menudo numerosa progenie; ellas no pueden decidir sobre si quieren o no tener hijos, ni el número de estos, sus culturas consideran que las mujeres estériles  son individuos inútiles despreciados por la sociedad.

En este contexto se sitúa el problema de la fístula obstétrica; se trata de una lesión producida cuando el feto queda obstruido en el canal de salida a la hora del parto, esta situación puede durar horas e incluso días, al no tener a su alcance centros de salud en los que se les pueda realizar una cesárea o cualquier otra ayuda en el parto, los fetos acaban muriendo casi siempre, mientras que las madres si logran sobrevivir quedan incapacitadas para seguir teniendo hijos (ya señalamos la importancia de tener hijos para ellas), además de producir un mal olor constante debido a las lesiones producidas en la vejiga o en la zona de los esfínteres.

En su mayoría al no tener acceso a la cirugía están condenadas a llevar una vida aún más precaria. En no pocas ocasiones las víctimas de este problema son niñas sin completar su desarrollo, lo que favorece el atascamiento del feto en el canal de salida, tampoco nos podemos olvidar de la práctica de costumbres nefastas (circuncisión femenina), en las que se mutila parcialmente los órganos genitales femeninos con el macabro fin de evitar que las mujeres puedan sentir placer en sus relaciones sexuales, supuestamente con el fin de evitar futuras infidelidades.

Otro aspecto que ayuda al desarrollo de la fístula obstétrica y otros problemas relacionados con el parto, es el de que en muchas sociedades africanas está mal visto dar a luz en los hospitales, prefiriéndose que las mujeres tengan sus hijos en sus casas a pesar de los riesgos que corren.

Se calcula que en la actualidad padecen el problema al que nos estamos refiriendo, entre 1,5 y dos millones de mujeres en diferentes puntos de Asia, Suramérica y sobre todo en África, se piensa que cada año pasan a engrosar las filas de esta enfermedad entre cincuenta y cien mil personas.

Antonio Fernández

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