EL NOTICIERO

La circuncisión femenina

Que duda cabe, la situación de la mujer en el denominado primer mundo, ha mejorado de forma notoria en el transcurso del siglo xx, especialmente en las décadas finales del mismo . Aún así seguimos viviendo en un mundo machista, en el que los hombres siguen estando al frente de una sociedad que sigue estando pensada para que este siga disfrutando de una situación de privilegio frente a la mujer. Dicho lo cual, es indiscutible que si comparamos a las mujeres del mundo occidental, con el resto de las mujeres , especialmente con las del tercer mundo , las féminas de occidente, gozan de una situación de privilegio. Millones de mujeres de los paises subdesarrollados o en vías de desarrollo, soportan sobre sus espaldas una gran parte del trabajo cotidiano, al mismo tiempo que se encuentran marginadas a la hora de tomar decisiones, o de disfrutar de los escasos beneficios ( como la escolarización o la a sistencia médica ), que están más al alcance de los varones. Que decir de los países que están en guerra, guerras en las cuales las niñas y mujeres son especialmente víctimas de todo tipo de abusos, especialmente sexuales. Pero hay un aspecto concreto, cual es el de la circuncisión femenina, que por su crueldad, destaca de forma obstensible. Se trata de un ritual muy antiguo, practicado en la actualidad en 28 países ( la mayoría africanos ), en la que las niñas y adolescentes son objeto de un rito de iniciación, en el que se les extirpa parcialmente los órganos genitales externos; en la mayoría de las ocasiones en unas condiciones sanitarias deplorables, que a demás de ser muy dolorosas, dejan mutiladas a sus víctimas de cara a un futuro en el que mantener relaciones sexuales o parir hijos, se convierten en un auténtico infierno. La razón para llevar a cabo este macabro ritual, parece ser la errónea creencia de que sin ablación, las chicas no pueden casarse o dar a luz, aunque en el fondo de esta práctica subyace el extricto control ejercido sobre la mujer. Los datos actuales hablan de que cada año dos millones de niñas son objeto de la mencionada práctica, estimándose que en estos momentos existen 70 millones de mujeres víctimas de la ablación de clítoris.

Antonio F.V.

Un pastor alemán salva la vida a un caniche

Tak que ignora lo que es una anemia. Con tres años no lo entiende ni a esta edad ni a ninguna, ya que Tak es un perro. Tampoco entiende lo que quiere decir la palabra solidaridad, pero el la hace realidad, de tal manera que con su bondad a salvado la vida de otro perro. Se trata de Pipa una mezcla de caniche y shih-tzu que asistió al centro veterinario Valcan, en O Barco de Valdeorras donde Tak realiza sus controles veterinarios; en un delicado estado de salud, y casi sin poder moverse, no comía y mostraba una “anemia galopante”, y los veterinarios acordaron que lo precisaba el can era una transfusión de sangre. Y se acordaron de Tak. Quien lo relata es Ángel Pérez Mayo, su dueño, que no titubeo un instante en acudir a la llamada del veterinario solicitando la ayuda de su pastor alemán. “Necesitaban un donante sano, vigoroso y bien cuidado, vacunado y desparasitado” señala Pérez, que llevo a su canino a la clínica. Donde le extrajeron medio litro de sangre (alrededor de una novena parte de la que fluye por las venas del héroe) sin que noble animal se moviese de la camilla. Una semana después de la transfusión, Pipa “ya estaba juguetón, comiendo moviendo el rabo en señal de agradecimiento” menciona Pérez. Al otro día ya pudo volver a su casa. Por otro lado, Pak obtuvo su recompensa que consistió en “un paté especial”, manifiesta su dueño, que ayudo a recobrar los glóbulos rojos facilitados a Pipa. “Se quedó sin su clásico bocata de jamón o chorizo, ya que no era bueno para su organismo”, dice su amo. Pero no se quedo sin sus dulces. La de la otra semana no fue la única vez que llamaban a Ángel y a su perro por un caso como este, pero si la primera que acudieron a tiempo. “Ya nos llamaron en dos ocasiones anteriores, pero fue demasiado tarde” comenta Ángel y es que dice con entereza. Su caso apunta, es al revés. “Adoro a mi perro, y el miadora a mi” manifiesta y eso se nota cuando persona y animal se reúnen en el jardín de su casa en O Barco.

Juan Antonio García